En una situación de crisis dónde la estrategia más fácil y menos elaborada es bajar los precios y entrar en una batalla con la competencia, invertir en diseño del envase y utilizar un contenedor más caro no parece una medida muy popular. Es más, algunas firmas piensan que el envase es algo superficial y que no hay que invertir en ello, pensamiento que tiene su lógica si en el punto de venta sólo hay un producto/marca de una categoría (como en algunos pocos supermercados), el cliente no tiene la libertad de elegir y el producto no tiene que competir con ninguno parecido… pero eso no ocurre en el 99,9% de las ocasiones y lugares de venta…
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