El papel de las Denominaciones de Origen y las IGP en la estrategia de Marketing Agroalimentario en época de crisis

Las Denominaciones de Origen Protegidas (D.O.P.) y las Indicaciones Geográficas Protegidas (I.G.P.) juegan un papel fundamental dentro de la estrategia de marketing de las empresas agroalimentarias y ayudan al sector a diferenciar sus productos agroalimentarios del citado oligopolio mediante el apoyo en las estrategias de marketing y comunicación y la delimitación de una zona territorial que dota a los productos de una zona determinada de un valor añadido con la finalidad de proteger la identidad de esos productos de calidad contra prácticas fraudulentas o frente a alimentos de inferior calidad.

Además de cumplir una importante función como instrumentos útiles para el desarrollo rural, la conservación de métodos tradicionales de cultivo y el mantenimiento de la agricultura tradicional, la delimitación de zonas geográficas permite elaborar productos autóctonos y crear productos que claramente se pueden diferenciar en el mercado. Esta estrategia de diferenciación cobra una mayor relevancia en época de crisis dónde la gran distribución se centra básicamente en una estrategia de precios bajos dejando de lado otros elementos que conforman el concepto “calidad” para los consumidores, tales como los modos de cultivo, el uso de pesticidas, la práctica de una agricultura sostenible, etc. Cuándo el consumidor decide comprar unos tomates o unas peras, ha de conocer el valor añadido que significa el que esos productos pertenezcan o no a una D.O.P o I.G.P. (Garantía de proximidad, ahorro energético, valores nutricionales y organolépticos, etc.) y ahí radica la clave del trabajo de dichos organismos.

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David Martínez

Socio Director MarketingHuman Marketing Agroalimentario